Los investigadores han localizado tres impactos de bala, dos de los cuales dieron en el techo

Los disparos acabaron con la velada en un chalé de una lujosa urbanización marbellí. En la vivienda se celebraba una fiesta ilegal, como tantas otras en las que los asistentes buscan la manera de saltarse las normas establecidas para luchar contra la pandemia del coronavirus, cuando una bala perdida atravesó una pared de pladur e impactó en el cuello del dj. El hombre cayó fulminado al suelo y perdió la vida.

Los hechos se produjeron durante la noche del domingo al lunes. Sobre las tres de la madrugada de ayer saltaban las alarmas y los efectivos de emergencias se desplazaban hasta la vivienda, ubicada en Guadalmina Alta. Se trata de una vivienda situada en una zona tranquila, junto a un campo de golf.

Con un amplio jardín, el chalé está ubicado al final de una calle sin salida. Allí es donde acudieron las autoridades, que a su llegada solo encontraron al fallecido en la vivienda. Las fuentes consultadas por este periódico han precisado que todos los asistentes a la fiesta ilegal se habían marchado del domicilio.

Una vez que llegaron las autoridades no se pudo hacer nada por salvar la vida del fallecido, un de 40 años y de nacionalidad española. Su cuerpo fue trasladado hasta el Hospital Costa del Sol para realizarle radiografías en busca de proyectiles y, posteriormente, al Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde está previsto que hoy se le practique la autopsia.

En el lugar de los hechos se desplegaron varios equipos de Policía Judicial y Policía Científica para inspeccionar la vivienda y recoger muestras con el objetivo de esclarecer lo ocurrido. Las fuentes consultadas han indicado que los agentes descubrieron tres impactos de bala en el domicilio.

Así era Chema, el dj alcanzado por una bala en una fiesta ilegal en Marbella

 

Los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía también estudiaron las trayectorias de las balas. Los disparos se habían efectuado en una estancia contigua a la zona de la casa en la que estaba la víctima, que se encontraba de espaldas a una pared, con una mesa delante donde tenía los aparatos para pinchar la música y el resto de asistentes frente a él.

Fue uno de esos disparos el que acabó con la vida del hombre. Al parecer, salió desde el arma de fuego, rebotó en el techo de la estancia y salió despedida, atravesando una pared e impactando finalmente en el cuello de la víctima.

Las mismas fuentes han señalado que la pared que separaba las dos zonas era de pladur, lo que explicaría el hecho de que una bala pudiera atravesarla. El pladur está formado por una placa de yeso laminado entre dos capas de cartón, siendo un material muy versátil y utilizado en la construcción, pero que no tiene una especial resistencia.

La investigación, en el marco de la cual todavía no hay detenidos, se centra en localizar a la persona que efectuó el disparo mortal, así como a los organizadores de la fiesta. Para ello, además de examinar la vivienda, los policías también se entrevistaron con los vecinos.

Las fuentes consultadas por este periódico han asegurado que los vecinos se venían quejando de que en los últimos días se habían celebrado fiestas en la casa. De hecho, tanto sábado como domingo se habrían registrado celebraciones en la vivienda en las que las personas huían de las medidas establecidas contra el coronavirus, por lo que no llevaban mascarillas ni respetaban la distancia de seguridad, superando también la cifra de asistentes.

En cuanto a la propiedad de la vivienda, los agentes han averiguado que la dueña es extranjera. Siempre según las mismas fuentes, la mujer se dedica a alquilar la casa, sin que conociera que, en esta ocasión, las personas que se la habían arrendado venían celebrando fiestas ilegales a lo largo de todo el fin de semana.